“A nadie le gusta hacer eso”

Proyecto piloto exitoso con un robot que inserta compartimentos.

Un empleado que hace su trabajo las 24 horas del día sin quejarse. Que no necesita un descanso y no comete errores. Que permite quitar a los humanos del trabajo monótono y los libera para otras tareas. Así es como muchos imaginan el futuro con robots. Pero, ¿es realmente así de simple?

En Soltau, Schnellecke empaqueta las piezas de los vehículos para luego ser exportadas. Esto se llama CKD, cuando los vehículos se envían al extranjero en piezas individuales para evitar pagar tasas de importación elevadas. Para esto no sólo confiamos en las personas, sino también en las tecnologías de vanguardia: La formación de los nuevos empleados se realiza con aplicaciones de realidad virtual, y el transporte dentro del enorme almacén es llevado a cabo en parte por trenes de ruta de conducción autónoma. Las piezas se seleccionan con gafas de datos y X-Band. Y recientemente, un robot ha estado trabajando en una parte de las instalaciones.

“Para el transporte seguro de piezas individuales delicadas, a menudo se utilizan los llamados compartimentos”, explica Andreas Zitzer, gerente de la unidad de negocio en Soltau. “Se trata de cubiertas protectoras hechas de peines de cartón, que forman células de transporte insertadas entre sí, en las que cada pieza puede encontrar su espacio seguro.”

La preparación manual de estos compartimentos es a menudo compleja y agotadora. Zitzer afirma: “A nadie le gusta demasiado preparar estos compartimentos”. Por esta razón, Schnellecke lanzó el proyecto piloto “Robots de compartimentos” con el objetivo de integrar una planta en el negocio operativo diario con el fin de retirar a los empleados de este proceso.

 

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Infraestructura propia necesaria

“Todavía no es tan fácil como poner un robot allí y programarlo un poco”, sonríe Waldemar Gross, quien dirigió el proyecto. “Ese tipo de robot requiere una infraestructura completa, desde el suministro de los peines de compartimento hasta los sensores y el transporte. Además, necesitamos integrar la tecnología de transporte y el rendimiento del reconocimiento visual.”

En el centro de la planta se encuentra el brazo mecánico. Para iniciar el proceso de trabajo, el robot de compartimentos necesita el material adecuado, que obtiene de dos cargadores. En ellos están los respectivos peines: una vez para el lado longitudinal y una vez para el lado transversal. El robot tira de peine tras peine del cargador y monta el compartimento en una bandeja enchufable ajustable automáticamente en una celda de transporte.

A pesar de sus opciones de ajuste flexibles y el hecho de que el robot de inserción de compartimentos puede conectar prácticamente cualquier forma de cubierta protectora a su mesa enchufable, su modo de empleon es un juego de niños. Los empleados no necesitan ninguna formación especial o experiencia, sino que es suficiente con una orientación.

 

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Suplemento, sin reemplazo

Cuando el compartimento está terminado, se levanta de la mesa a través de un sistema de rieles y rueda hacia la bandeja a través de una cinta transportadora. A partir de este momento, el robot se encargará del siguiente compartimento, mientras que el empleado podrá seguir trabajando con la protección de la distancia generada.

Pero volvamos a la pregunta planteada al principio: ¿Es el robot realmente el empleado perfecto? “Mientras todo funcione, sí”, se ríe Gross. “Sin embargo, se especializa en una pequeña subtarea; cuando se necesita a alguien en una función distinta, no se puede simplemente poner al robot. Y si hay un fallo técnico, entonces los humanos tienen que ocuparse de la tarea de nuevo. Por tanto el robot es un suplemento, no un sustituto.”